No nos habremos conocido más que tres días cuando el profesor comenzara a leer nuestras tareas. Él habrá descubierto algunos errores bastante grandes en lo escrito. Quizás se habrá reído mucho de mis pequeños esfuerzos.

Mañana, cuando lleve estas páginas de mi casa hasta el Instituto, me habré preparado y fortalecido para estar reducida a una niña gritada. Habré esperado que a lo escrito le crezcan alas para volar hasta las nubes y volver a la tierra en una lluvia de olvido bendito.

Pero la realidad habrá llegado y yo habré caminado al Instituto y entrado en la sala 7, la cabeza inclinada y los ojos apartados, con lo escrito adentro de las manos temblorosas. Me habré preparado para recibir en algunos días un papel todo cubierto de marcas rojas. Para la semana próxima me habré reído mucho sobre esta aventura chiquitita y habré encontrado nuevos ejercicios desafiantes y más difíciles.

Nosotros habremos aprendido bastante cuando nos reunamos para recibir estos ejercicios corregidos. No sé si los otros habrán sufrido tanto como yo.
.
Elizabeth Atly

No hay comentarios: