EL PERRO Y EL ORNITORRINCO.

Un día, un perro y un ornitorrinco (quien era ciego), decidieron que querían tomar un viaje afuera de la casa de Jonah en Nueva York. Compraron boletos del vuelo a Roma pero primero necesitaron tomar un vuelo a Oaxaca.

Cuando llegaron a Oaxaca, el ornitorrinco (quien era ciego), preguntó al perro qué podía ver. El perro le dijo "puedo ver un teléfono celular, una cartera negra, una tienda que tiene una alarma muy molesta, la sangre de Eli y los árboles de palmera.
- "¡Oh!", dijo el ornitorrinco. "¡Entonces estamos en E-Max, la escuela de Oaxaca!".
- "¡Sí, exactamente!", el perro dijo. "Dime qué puedes oír".
- "Ok, voy a decirte. Yo oigo muchos ladridos de perros".
- "!Yo sé! No ladro tanto como estos perros.
- "También oigo muchos cuetes y me molestan".
- "¿Qué más?" Le preguntó el perro fascinado.
- "Ok. Hay muchas personas que están gritando alrededor de nosotros, hay mucha música pasando".
- "En los coches". Dijo el perro excitado.
- "Sí, para de interrumpirme. También puedo oír helicópteros arriba de nosotros. ¿Hay muchos pájaros en los árboles?"
- "Sí, hay muchos". Dijo el perro en voz baja.
- "Sí, oigo las campanas de la iglesia que están sonando y hay muchos coches que están pasando en las calles. Y yo escucho a los niños que están hablando.

Después de un silencio largo el perro le dijo:

- "¿Sabes qué? No importa que seas ciego, tienes unas orejas muy talentosas".
- "Muchas gracias" el ornitorrinco respondió con una sonrisa grande.

Tuvieron mucha diversión en su viaje a Roma y les gustó mucho.











Jonah Allon

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