Los cuentos en este semestre están llenos con
ejemplos de realismo mágico. Un aspecto
importante que forma el realismo mágico es la naturaleza. Los autores utilizan apectos de la naturaleza
para crear metáforas o para crear descripciones, imaginario y realidad. A veces, la naturaleza no está en una planta
literal, sino en la descripción y el ambiente del cuento. Todo esto crea una perspectiva o visión de la
cultura mexicana y el tiempo de realismo mágico en la literatura mexicana.
Hay
características específicas en los cuentos de realismo mágico, “se encuentra
el contenido con elementos fantásticos o mágicos que son percibidos como
normales por los personajes. Por otra parte, se destaca la presencia de lo
sensorial como parte de la percepción de la realidad"[1]. Características de realismo mágico también
incluyen:
1.
Exactitud en la descripción realista aplicada a un asunto sobrenatural
o mágico.
2.
La yuxtaposición de elementos, temas, hechos y situaciones para mostrar
la relatividad de la realidad.
3.
El empleo de manifestaciones surrealistas para recrear situaciones
oníricas, extrañas e imprecisas. Así mismo, utiliza lo grotesco y alarga la
realidad hasta hacerla casi caricaturesca.
4.
La presencia de la sorpresa como resultado de la combinación de
factores reales o irreales, concretos o abstractos, trágicos o absurdos.
5.
La existencia de un sincretismo que concilia magia y religión,
civilización y salvajismo, miseria y riqueza, entre otros.
6.
La utilización del mito sin preocuparse de su fidelidad a la
historia sino como un medio para forjar el mundo autónomo de la novela.
7.
La disrupción limitadora del tiempo cronológico y del espacio
objetivo.
8.
La aceptación de lo insólito como parte normal de la realidad.
9.
Los personajes funcionan en el plano real, carente de juicios o
criterios prestablecidos.
10.
Preocupación constante por los problemas sociales, políticos y
culturales de Hispanoamérica.
11.
Los elementos mágicos, cuando aparecen en la obra, son percibidos
por los personajes como hechos normales. Son intuidos por el lector, no
explicados.[2]
Parte de la formación
de estas características se encuentra en las metáforas de naturaleza,
cualquiera en la descripción por una palabra, frase, imaginario o la realidad
del ambiente.
A
menudo, hay una palabra o frase que describe a una persona u objeto con una
metáfora. Por ejemplo, en La Reina del Metro por José Agustín, él
compara los pechos de una mujer con naranjitas y dice que "nos vamos a
morir como chinches." En un otro cuento, Me Basta, Guillermo Fadanelli se describe como "un gorila
sumido." Una mujer no puede tener
naranjas por pechos ni podemos morir como chinches ni es un hombre un gorila,
sino es la imagen que era creada lo que es importante.
Otros
ejemplos son en Love Story por Elena
Poniawtoska, cuando ella describe a Teleca caminando como un "león
enjaulado" o a Lupe con una "cara pulida como piedra de río" o a sus brazos como un manzano. Ella describe los dientes de Teleca
"fuertes como granos de maíz expuestos al sol y al viento," y dice que
"Arturito hizo bailar sus uñas como cocuyos." En el fin, Poniawtoska describe en detalle
que Teleca "vio el excremento, una enorme cagada que se extendía en
círculos concéntricos, en un aterrador arcoiris, verde, café, verdoso,
amarillento, cenizo, caliente." ¿Para
qué se utilizan palabras que normalmente describen las plantas, los animales,
los colores o la naturelza? Debido a que las imágenes creadas son más fuertes.
Todo
el cuento Mi Vida con La Ola por
Octavio Paz es una metáfora y él compara a una mujer con una ola. Paz describe la ola en al principio como
esbelta, ligera, sinuosa y dice que ella cambió su vida – "La casa de
paillos obscuros y muebles empolvados se llenó de aire, de sol, de rumores y reflejos
verdes y azules, pueblos numeroso y feliz de reverberaciones y ecos." Después de un poco tiempo, él la describe
como:
“Ciertas
noches su piel se cubría de fosforescencias y abrazarla era abrazar un pedazo
de noche tatuada de fuego. Pero se hacia tambien negra y amarga. A horas
inesperadas mugía, suspiraba, se retorcía... Los días nublados la irritaban;
rompía muebles, decía malas palabras, me cubría de insultos y de una espuma
gris y verdosa. Escupía, lloraba, juraba, profetizaba”.
Al final, él
la describe con un "cuerpo verdoso y elástico, un látigo implacable que
golpeaba, golpeaba, golpeaba." Creo
que su cuento es más interesante, persuasivo y las imágenes son más fuertes,
porque él comparó a una mujer con una ola más que si se hubiera quejado de su
vida con una mujer. Parte del imaginario
en el realismo mágico son las palabras o frases que utilizan sentidos, clima o
plantas para crear la realidad.
Varios
cuentos describen imágenes con los sentidos: olor, tacto, sonido, vista y
gusto. Por ejemplo, en El Guardagujas por Juan José Arreola, el
guardagujas viejo describe una vista o un "pintoresco lugar
desconocido" con "grutas, de cataratas o de ruinas
célebres." José Agustín crea un
ambiente envolvente de gente atiborrada dentro del metro con sonido, olor,
tacto y vista con palabras o frases como: restregadero; oí una vocecita
estentórea; chillidos horrendos; las humaredas; color de rosa; en medio de
nudos de músculos, pieles, adiposidades, ropas; un despiadado pedo anónimo nos
hundió en la miseria; y más. En Chac
Mool por Carlos Fuentes, hay muchos sentidos también, particularmente olor,
sonido y tacto. Él utiliza palabras como
hedor, quejido, palpar, respiraciones, jadeante, encarnada, o frases como olía
a horror, a incienso y sangre; la textura de la carne; lamentos roncos; canta
una tonada chirriona y alaridos espantosos.
Elena Garro en Perfecto Luna
combina sentidos con la naturaleza, a veces como un metáfora y a veces,
literalmente. Ella escribe "el aire soplaba sin soplar, levantándole los
pelos y enfriándoselos, hasta sentir que miles y miles de hielitos le
perforaban la cabeza" y "Tentaleaba trabajosamente, agarrándose a las
piedras y a las matas." Otro
ejemplo es "Su corazón empezó a golpear con tal fuerza que le pareció que
iba dentro de un río muy crecido" con "los granos (de maíz) cayeron
sordos, en un chorro dorado, sobre el suelo."
El
cuento que tiene la mayor cantidad de ejemplos de la naturaleza como una
metáfora y literalmente es El llano en
llamas por Juan Rulfo. El ambiente,
imaginario y realidad del cuento es creado por la naturaleza. Además, muestra el tiempo de la revolución y
conocimiento de la cultura mexicana.
Tiene demasiadas palabras, frases y
descripciones para citar, por lo que me gustaría compartir mis favoritas:
·
... y miramos las ramas bajas de los amoles que nos daban tantita
sombra. Olía a eso; a sombra recalentada por el sol. A amoles podridos.
·
Sentíamos las balas pajueleándonos los talones, como si hubiéramos
caído sobre un enjambre de chapulines.
·
... a gatas, como tejones espantados por la lumbre.
·
El eco lo alargaba más y más y lo traía aquí cerca, hasta que el
ronroneo del río apagaba.
·
Como el principo, cuando nos habíamos levantado de la tierra como
huizapoles maduros aventados por el viento, para llenar de terror todos los
alrededores del Llano.
Esas frases son metáforas y descripciones. Los
cuentos de realismo mágico no serían lo mismo sin la naturaleza. Se necesitan esas palabras y frases de la
naturaleza, ya sea metáforas o descripciones para crear la realidad.
Todas las
descripciones, metáforas e imaginarios que crean la realidad muestran la
cultura mexicana. La naturaleza en la
literatura mexicana es una parte importante del realismo mágico.
JeanAnne Wagner
Kentucky
Wesleyan College
KIIS–Spanish
376: Literature and Culture of Latin America
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